De forma paralela al proyecto, hemos comenzado a trabajar en mayor profundidad el tema de las emociones.
La idea es que los niños/as sean capaces de identificar cómo se sienten en cada momento, qué les hace sentir así y cómo actuar durante esa situación.
Nos ha sido muy útil el libro "El monstruo de colores" para comenzar a identificar las emociones básicas, expresarlas en voz alta e incluso hacer partícipes a nuestros compis de ellas.
Tras leer el cuento, cada mañana, los niños/as van entrando al aula y metiendo su nombre en el bote del monstruo que mejor cómo se sienten en ese momento y a lo largo del día tienen libertad absoluta para cambiarlo las veces que sea necesario.
Con este recurso, iniciamos el diálogo, unas veces en gran grupo y otras veces más personal.
Otra de las actividades que realizamos, teniendo en cuenta que la emoción que más nos cuesta gestionar es la del enfado/rabia, es la botella de la calma
Cada niño tiene su propia botella y la coge o bien en los momentos diarios de relajación (después del patio y del comedor) o después de algún conflicto o situación que le haya sentir esa emoción negativa y considere que la botella puede ayudarle.
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