La verdad, es que rápidamente los niños/as comenzaron a llegar a sus propias conclusiones.
"Es un cuadro", "tiene un ojo", "pone Miro porque el ojo nos está mirando", "Miró es el nombre del cuadro", "no, es la firma del pintor"... y así, en apenas unos instantes estábamos inmersos en una nueva aventura.
Pero esto no fue todo, sino que por la tarde... así nos encontramos el pasillo ¡lleno de manchas! y todas ellas nos llevaban a... ¡la clase del fondo!
Con un cuento que nos contó la profe Luz, nos quedó mucho más claro quién era ese tal Miró y cuáles eran sus colores favoritos.
Ahora sí, podemos comenzar el trabajo.
Además, aprovecharemos el proyecto para trabajar todo tipo de contenidos, vocabulario, expresión oral, lógico-matemática, lecto-escritura...
De momento, hemos convertido nuestro rincón del juego simbólico en "la tienda del pintor", hemos conocido diferentes utensilios y herramientas que utilizan los artistas, analizado sus palabras, les hemos puesto precio y hemos hecho la lista de la compra.
Ya os iremos contando cómo transcurre la cosa
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